La hormiga y la paloma + El Destino

Un día caluroso, una hormiga buscaba agua. Después de caminar un rato, llegó cerca a un manantial. Para acercarse mas al manantial, tuvo que trepar por una ramita seca. Mientras subía, resbaló y cayó al agua.

Podría haberse ahogado si una paloma en un árbol cercano no la hubiera visto. Al ver que la hormiga estaba en problemas, la paloma rápidamente arrancó una hoja y la tiró al agua cerca de la hormiga que luchaba. La hormiga se movió hacia la hoja y se subió a ella. Pronto, la hoja se deslizó hacia el suelo seco y la hormiga saltó. Estaba a salvo por fin.

Justo en ese momento, un cazador cercano estaba a punto de arrojar su red sobre la paloma, con la esperanza de atraparla.

Adivinando lo que estaba a punto de hacer, la hormiga rápidamente lo mordió en el talón. Sintiendo el dolor, el cazador dejó caer su red. La paloma se apresuró a volar lejos a un lugar seguro.

Moraleja: 

Una buena acción engendra otra.

Comentarios personales:

Uno no sabe realmente que impulsa a Lo Bueno a actuar, ó quizas a intervenir en el juego del destino.

Pero es probable que algunos Buenos actos sean algo no previsto en los dictamen del Destino. La verdad es que uno al final nunca sabe para quien trabaja.

Comentarios personales:

Un rumor confirmado por la emisora alemana Bayerischer Rundfunk demostró que los hechos más insignificantes pueden tener efectos trascendentales para la humanidad. El diario cuenta que cuando Adolf Hitler era un niño y jugaba a vaqueros en las orillas del rio Inn, en la frontera entre Alemania y Austria, se resbaló y cayó al agua helada. Sin imaginar las consecuencias de su acción, un joven de apellido Kuehberger, que más tarde se convertiría en sacerdote, se lanzó y lo salvó de morir ahogado. Este acto de heroísmo cambió el siglo XX pues, de haber perecido, Hitler no se habría convertido en uno de los peores dictadores de la historia, el Holocausto judío no hubiera ocurrido y se habrían salvado más de 60 millones de víctimas de la Segunda Guerra Mundial. 

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